Su situación en el paisaje ourensano y las cualidades de sus aguas calientes llaman la atención de vecinos y turistas
Ourense, capital termal. Este es el lema con el que la ciudad se presenta en todo el mundo como destino turístico. Desde luego, todos los que vienen a visitarla coinciden en que los pequeños puntos de relajación termal dentro de toda una ruta a las laderas del río Miño tienen tanto prestigio como algunas de mayor fama.
En esta época de crisis donde cualquier pequeño ahorro ya se nota el bolsillo, que parece cada vez más vacío, poder disfrutar de una sesión de relax totalmente gratuita es, más que un regalo, una bendición.
Para los que les guste aprovechar cada rayo de sol para lucir el moreno, las mañanas se cubren desde los primeros días de primavera con cuerpos tumbados inmóviles sobre las toallas de colores que llaman la atención desde la autovía a todos los coches que se acercan a la ciudad. Disfrutar de un atardecer dentro de las aguas cálidas que llegan a los 47 grados es un placer sin precio que pocos ourensanos no han probado alguna vez. Por la noche las parejas se acercan para disfrutar de una romántica escapada diferente a las habituales dentro de la ciudad.
Además del calor y el relax, las aguas del manantial son ricas en flúor, litio y sodio, de mineralización media, lo que tiene grandes beneficios para aquellos que tienen afecciones en la piel, reuma, artritis y problemas de metabolismo.
Aquellos que quieran un poco más de intimidad o completar su sesión de relax, pueden acercarse al centro que, a tan solo unos metros, tienen diferentes servicios como masaje en silla sueca o de relajación en camilla. También disponen de sudarium y un templarium, dos tipos de saunas a distintas temperaturas y humedades para todos los gustos y necesidades del cliente. Aunque se esté acabando el verano, siempre es buena época para disfrutar de este lugar y aprovechar los rincones para perderse que nos ofrece la provincia de Ourense.
http://www.lavozdegalicia.es/ourense/2009/08/30/0003_7937929.htm