- Es la segunda ciudad de Europa con más reservas de agua termal
- Los turistas vienen desde todos los puntos de España en invierno y en verano
- Las aguas poseen numerosas cualidades terapéuticas y curativas
- La importante red pública se complementa con la iniciativa privada
La ciudad de Ourense parece haber encontrado en el agua una tabla de salvación. Y es que los recursos termales de esta ciudad gallega la sitúan como la segunda urbe de Europa con mayores reservas de agua termal. Los gallegos lo saben y el resto de españoles y europeos también, ya que son muchos los que cada año acuden a tomar los baños y a pasar temporadas en invierno y verano para curar dolencias de la piel o, simplemente, para relajarse y descontaminarse del estrés que provoca la cotidianidad.
No hay lugar a la improvisación porque las cualidades del agua están perfectamente estudiadas. El Gobierno local en los últimos ocho años ha puesto en marcha una intensa campaña de potenciación del turismo termal y ha convertido las instalaciones públicas en un auténtico paraíso para los sentidos.
Los espacios se reparten en la propia ciudad, con la piscina urbana de As Burgas, y en los alrededores, junto al río Miño. El recorrido puede iniciarse en A Chavasqueira, donde el agua alcanza la temperatura de los 63ºC, para continuar con la fuente del Tinteiro, cuyas aguas se consideran fluoradas, sulforadas, sódicas y biocarbonatadas y manan a una temperatura de 43ºC. El recorrido continúa por el Muiño da Veiga, con pozos de agua recién remodelados y donde se ha descubierto recientemente una nueva surgencia, y las de Outariz, que con una temperatura de 60ºC son apropiadas para el reuma y la artrosis. Todas las instalaciones están rodeadas de amplios y extensos jardines perfectamente cuidados y dotados de vigilancia que evitan el mal uso de los complejos.
Pero la ventaja de Ourense es que el concepto de balneario no está dirigido exclusivamente a personas mayores. El ir y venir de gente, durante la noche y el día, permite comprobar cómo son numerosos los jóvenes que reservan unos días para pasarse por las termas. Tampoco se potencia únicamente su carácter medicinal sino que el concepto lúdico y de relax es otro de los grandes atractivos.
Agua mineral propia, otra posibilidad
La actual teniente alcalde, Isabel Pérez, explica que "ahora ya somos conscientes del potencial y de la necesidad que tenemos de seguir potenciando esta riqueza natural situado en un marco natural incomparable". La propia 'número dos' del Gobierno local practica con el ejemplo y toma el trenecito público que comunica la plaza Mayor con el recinto termal para ir a tomar las aguas todos los días.
Pérez está satisfecha de lo hecho en estos últimos cuatro años pero quiere más. Esas necesidades se concretan en una mayor implicación del Gobierno gallego, de distinto color político, y en la apertura de hoteles para atraer visitantes. También reclama con firmeza una mejora en las vías de acceso e incluso sugiere la posibilidad de patentar un agua mineral propia de la ciudad como ya hay en otros lugares.
La riqueza termal de Ourense también transciende nuestras fronteras. La anterior edil de Termalismo, Ana Garza, consiguió introducir a la ciudad en el exclusivo club termal de las ciudades europeas, dotó a las instalaciones públicas de As Burgas de complementos para los bañistas, mejoró todos y cada uno de los espacios y consolidó la marca Ourense termal con eficaces campañas de promoción en el conjunto de España. Cabe decir, a modo de anécdota, que hasta se presentaron libros sumergibles para leer durante el tiempo de baño.
También en espacios como las Burgas se ponen a disposición de los usuarios gorros de baño, albornoces, chanclas para que los visitantes no tengan que ir con equipaje, si después de darse el baño en el pleno corazón de la ciudad deciden hacerse la ruta de gastronómica o la de las compras, perfectamente delimitadas en los planos que se ofrecen en las oficinas de turismo. La oferta pública se completa con dos instalaciones privadas, Chavasqueira y Outariz, dónde se puede disfrutar de tratamientos termales y de las propias piscinas naturales.
Aunque durante mucho tiempo se desdeñaron las posibilidades de Ourense como destino termal, en este tiempo se ha recuperado parte del camino. Se han hecho numerosas inversiones y la creación de organismos específicos apunta que los poderes públicos se seguirán tomando en serio el asunto. Quedan retazos como la aprobación de un Plan General de Ordenación Municipal que permita seguir transformando la ciudad para que no viva de espaldas al río y una mayor implicación de la iniciativa privada para convertir al termalismo en el eje de un nuevo desarrollo para la Galicia interior.
http://www.elmundo.es/elmundo/2011/10/02/galicia/1317547359.html
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